jueves, 13 de septiembre de 2007

CÓJANLO

El Gobierno ha amenazado con excluir a las Administradoras de Riesgos de Salud (ARS) de seguir las quejas de clínicas y especialistas que atribuyen a las aseguradoras los tropiezos con que se ha iniciado el Seguro Familiar de Salud.

Al margen de la aseveración, la desorientación, sin embargo, es todavía uno de los principales problemas que afrontan los asegurados con relación a los servicios que proporciona el nuevo sistema.

Los usuarios presumen que el actual modelo no más que el Seguro Social ampliado, con todas sus deficiencias, en tanto muchos de los problemas habían sido anticipados por sectores que parecen curarse en salud para no cargar con el estigma de la opinión pública.

El vicepresidente Rafael Alburquerque amenazó con excluir a las ARS bajo el alegato de que para funcionar el régimen sólo necesita médicos y clínicas. Aquí cabe la pregunta de si no son necesarias ¿para qué se les contrató?

Pero, además, ¿serán realmente las ARS el problema o simplemente chivos expiatorios? Mejor sería, para más certeza, que se estudie a fondo la operación del sistema en su conjunto.

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