Fustigan nombramientos 'burdos' y denuncias ‘tremendistas"

SANTO DOMINGO.- El ex presidente de la Asociación de Empresas Industriales de Herrera (AEIH) Ernesto Vilalta, fustigó el clientelistmo político burdo que genera nombramientos de funcionarios innecesarios y el tremendismo en las denuncias de dirigentes políticos que, a su juicio, hacen daño al país en el exterior.

En un comunicado de la AEIH, Vilalta deploró lo que calificó de “efluvios de clientelismo burdo que engordan la nómina del Estado, designando puestos innecesarios en el gobierno”.

Asimismo, condenó que llamó “el tremendismo de dirigentes políticos con denuncias que dejan al país mal parado en los mercados de capitales”.

El ex presidente de la AEIH dijo que, sin restar legitimidad a las aspiraciones de poder de los líderes políticos y sus partidos, “se necesita un ejercicio constructivo que ayude a la nación y no que la lance al muladar.”

“Es hora de hacer política pensando en el país y no en los intereses individuales. La campaña, de cara a las elecciones presidenciales de 2008, debería concentrarse en la presentación de propuestas para hacer del país un imán que atraiga inversión, que fortalezca la educación, la salud, disminuya la pobreza y cree una fuerza de trabajo competitiva”, planteó.

Hizo un llamado al liderazgo político nacional para que, en medio de sus acciones de campaña, no mine la confianza en la economía, que sigue siendo el principal soporte de la estabilidad.

Logros y dificultades del Gobierno

El dirigente empresarial dijo que, aunque el Gobierno ha logrado un significativo superávit en la ejecución fiscal, es creciente el déficit en la cuenta corriente, pero que es financiado por entradas de capitales que no deberían ser espantados por falta de confianza.

Indicó que, en cierto modo, la estabilidad de la economía está dependiendo de factores externos, como remesas, inversión directa, de cartera y el endeudamiento externo, mientras que el sector real presenta un rezago en su crecimiento.

El dirigente industrial indicó que la pobreza de no se combate con medidas de corte populista, creando empleos artificiales e inestables, llenando la administración pública de “botellas” ni repartiendo dinero a los electores.

“Por el contrario, estas acciones pueden conducir a la nación hacia la descomposición”, advirtió el empresario Vilalta.