sábado, 2 de febrero de 2008

Bidó Medina admite que mintió sobre Durán Bello

SANTO DOMINGO (R. Dominicana).- El 4 de octubre de 2007, José Joaquín Bidó Medina, presidente de la Comisión Nacional de Ética y Combate a la Corrupción (CNECC) denunció a través de todos los medios que quisieron oírlo, que su subalterno Pedro Durán Bello había falsificado su firma para conseguir un visado a España y que después de asistir –fraudulentamente, se entenderá siempre—a un evento en ese país, solicitó el reembolso de los gastos en que había incurrido.

Pedro Manuel Durán Bello había comedido una crimen de “lesa ética”, razón por la cual Bidó Medina, que durante toda su vida se ha caracterizado “por ser transparente y correcto”, no podía quedarse callado “ante un hecho de esa naturaleza”.

Según dijo entonces el funcionario y dirigente del Partido de la Liberación Dominicana, y recogieron los medios, la Comisión sancionó la irregularidad de Durán Bello pidiéndole la renuncia del cargo de gerente ejecutivo.

“El documento presentado por Durán Bello ante la embajada de España vía la Secretaría de Relaciones Exteriores, es apócrifo, porque yo no firmé ese documento”, dijo textualmente Bidó Medina durante una rueda de prensa convocada en su despacho del Palacio Nacional.

Hoy, 1º de febrero de 2008, tres meses y 26 días después, el honorable José Joaquín Bidó Medina, guardián de la ética pública, se retracta de sus acusaciones en una declaración publicada en la página 10 del periódico Diario Libre.

¿Chivo expiatorio? La prensa, desde luego, responsable de un “mal entendido entre la información ofrecida y publicada en el momento”. Sin aludir a ningún otro antecedente del hecho, Bidó Medina afirma en el comunicado que la Comisión investigó el caso y encontró que:

“1.- Ciertamente, el señor Pedro Manuel Duran Bello era la persona designada para realizar un viaje oficial a la sede la de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en la ciudad de Viena, Austria, conforme la designación hecha por el Consejo Rector de la Comisión Nacional de Ética y Combate a la Corrupción (CNECC).

"2.- El Dr. José Joaquín Bidó Medina no ofreció declaración alguna (subrayado nuestro) en el sentido de que el señor Pedro Durán Bello haya falsificado o manipulado en forma alguna su firma en la carta que fue enviada para la acreditación por parte de la cancillería para el viaje oficial que este último realizó a la sede de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en la ciudad de Viena, Austria".

Estas afirmaciones carecen de verdad. El 8 de octubre de 2007, la CNECC convocó a los medios a una rueda de prensa, a la que no asistió Bidó Medina, y dijo haber comprobado que hubo “un escaneo no autorizado” de la firma del máximo responsable del organismo por Durán Bello.

Ramón Tejada Holguín, representante de la sociedad civil en la Comisión, afirmó textualmente: “La CNECC lamenta que un conflicto que pudo solucionarse de manera amigable y en el marco legal y justo, saliera a la luz pública de manera distorsionada, tratando de manchar la trayectoria de personas muy bien conocidas por su comportamiento basado en principios morales bien definidos”.

Aludía el representante cívico a la reacción de Durán Bello, quien anunció el día 4 de octubre que procedería a querellarse ante la justifica contra Bidó Medina sino se retractaba de la acusación en su contra “aun cuando las declaraciones ofrecidas fuesen producto del desconocimiento, emotividad o irreflexión”.

En la rueda de prensa de marras, Tejada Holguín agregó que los comisionados pudieron comprobar que el escaneo de la firma de Bidó Medina se hizo en la oficina de Durán Bello y en su propio computador, en cuya memoria se encontró la carta remitida al Canciller solicitando la visa a España.

Durán Bello había comenzado a peregrinar por los medios escritos y televisados. Además de refutar la versión de Bidó Medina, considerada por él difamatoria, hizo severas críticas a la CNECC, a la que acusó de evadir sus responsabilidades en el combate y sanción a la corrupción.

Entre las muchas cosas dichas entonces estuvo la aclaración de que en momento alguno fue despedido del organismo, sino que presentó renuncia en desacuerdo con la estructura inoperante y anacrónica de la entidad, así como por su convencimiento de que falta visión y voluntad al más alto nivel para combatir la corrupción.

Los dos puntos restantes de la declaración de Bidó Medina publicada este viernes resarciendo a Durán Bello del daño moral infligido con la denuncia, corroboran el desmentido de lo dicho por el propio presidente del organismo y por los miembros de la comisión, cuya eficacia investigadora y responsabilidad moral estarían en entredicho si en la República Dominicana la ética ciudadana existiera y sirviera para algo.

La historia tiene, sin embargo, un corolario: estas cosas suceden cuando la Iglesia es puesta en manos de Lutero.

Por: Margarita Cordero

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